Ubicada en Ecuador, la nueva sede de Alicia Mobiliario es mucho más que un showroom: es un espacio arquitectónico que materializa el espíritu de una empresa con más de 40 años de trayectoria en el mercado del mobiliario. Desde su origen, Alicia se ha posicionado como un actor clave en la importación y comercialización de mobiliario funcional y contemporáneo. Esta sede se proyecta como una experiencia inmersiva, donde el diseño no solo se observa, sino que se vive. La propuesta arquitectónica parte de una premisa clara: la silla como unidad narrativa del espacio. Cada una representa un estilo de vida, una necesidad específica, una respuesta a los distintos perfiles de usuarios que integran el ADN de la marca. El layout del showroom responde a un recorrido intuitivo, con zonas claramente diferenciadas que permiten al visitante transitar entre mundos: hogar, oficina, restaurante, exterior y belleza. La circulación es fluida, con ejes visuales claros y un ritmo espacial definido por la iluminación, el color y la escala de los elementos expositivos. Uno de los elementos arquitectónicos más distintivos del proyecto es el muro escultórico multicolor que simula una casa abstracta, compuesto por nichos tridimensionales que albergan sillas como si fuesen obras de arte. Este gesto no solo ordena visualmente la exhibición, sino que transforma la arquitectura en un soporte expositivo que celebra el diseño. Cada nicho, iluminado con spotlight puntual, encierra una silla seleccionada por su iconicidad, creando una composición cromática que es a la vez técnica y emocional. Este proyecto no solo muestra sillas. Las exalta, las celebra y las convierte en vehículos de identidad espacial. En cada rincón, el usuario puede imaginar un mundo posible. Porque en Alicia Mobiliario, cada silla cuenta una historia. Y este espacio es el libro abierto donde todas se narran.